sábado, 15 de julio de 2017

El alma y el hombre


En general en el pensamiento griego, y de manera especial en el periodo clásico, la existencia del alma nunca fue problema. Lo que si se cuestiono fueron su naturaleza y sus características. Las distintas soluciones fueron coincidiendo en tomar como punto de partida uno de estos dos hechos:

La existencia de la vida en el ser humano y su actividad cognoscitiva racional. Si al alma se le relaciona principalmente con la existencia, entonces tendremos la posición aristotélica. Para Platón , por el contrario, el alma es básicamente el principio del conocimiento racional.

Desde esta perspectiva necesitamos enfocar el estudio del alma, puesto que ésta, antes de unirse a determinado cuerpo, preexistió en el mundo inteligible, donde tuvo oportunidad de completar directamente las ideas: al unirse a un cuerpo, para formar un hombre, lo hará temporalmente, en el plan de purificación y después regresara a su lugar, que es el mundo de las ideas. De aquí se derivan algunas conclusiones:

  • Si el alma preexiste al cuerpo y después de su unión temporal con él, regresa al mundo de las ideas, entonces el alma es inmortal.

  • Si la unión del alma con el cuerpo es temporal, significa que dicha unión no es sustancial, sino accidental, de manera que pueda sobrevivir a la separación del cuerpo. 

  • El alma es el principio del conocimiento racional, porque ella, en su preexistencia, conoció directamente las ideas, de manera que después, al presentarse alguna percepción sensible, ella recuerda algo relacionado con dicha  percepción. En otras palabras, el conocimiento no es mas que una reminiscencia.  

Para completar la caracterización del alma es importante reconocer lo siguiente:

La parte racional tiene como función conocer y gobernar; la parte concupiscible es el asiento de las pasiones  y los apetitos. De estas tres almas, la primera es inmortal; las otras dos son irracionales y mortales.


Ocupémonos ahora del alma en sí misma. Para decir lo que ella es, sería preciso una ciencia divina y desenvolvimientos sin fin. Para hacer comprender su naturaleza por una comparación, basta una ciencia una humana y algunas palabras. El alma humana es la fuente de las actividades vitales que en el hombre tienen lugar. Una de esas actividades es la cognoscitiva, la cual puede darse en el nivel sensitivo y en el racional. 

Sin alma no hay vida, si hay vida existe el alma, fácil es comprender que el estudio del alma depende de nuestra capacidad racional y sensitiva. 



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